Por
Carmen Rioja
Otorgan
Mención a la artista Norma Suárez Ponce por su obra fotográfica, seleccionada
entre más de 3,900 obras de arte participantes de artistas nacionales y
extranjeros.
Cada dos años desde hace 20 años la Bienal de
Monterrey ha convocado a los artistas a enviar sus proyectos y propuestas de
arte moderno, contemporáneo y actual, mediante una convocatoria nacional para
artistas mexicanos y extranjeros que cumplan con al menos 2 años de residencia
en el país. Por el rigor que siempre ha caracterizado a su jurado, esta bienal
de arte se ha consolidado a través del tiempo como una de las más importantes
de Latinoamérica y la más reconocida de México. El pasado mes se celebró la X
edición y en ella participaron como jueces los artistas plásticos Leda Catunda (Brasil)
y Pierre-Olivier Arnaud (Francia) y los críticos de arte Karen Cordero, Itala
Schmelz y Carlos-Blas Galindo (México). En esta ocasión la convocatoria tuvo
una respuesta sin precedentes con la recepción de más de 3,900 obras de arte
concursantes. En cada edición se otorgan los premios de adquisición en dos
categorías, la tridimensional y la bidimensional; y menciones honoríficas por Estado. Además, a
partir de la V edición se han podido ofrecer a los galardonados residencias
artísticas en la Escuela Superior de Arte y Diseño de la ciudad de Saint
Étienne, Francia, con el fin de que los artistas puedan promover su obra en
otras latitudes, así como interactuar con propuestas de arte de la escena
internacional. La X edición de la Bienal Monterrey FEMSA, 2012, conmemora
el vigésimo
aniversario del certamen y sus logros adquiridos durante este
tiempo. Norma Suárez quien reside en San Miguel desde hace más de veinte años
fue galardonada con la Mención por el Estado de Guanajuato al presentar ante la
entidad convocante obra fotográfica que destaca por los valores estéticos y
sociales de su discurso visual, en ella se encierran elementos únicos,
revelados por el ojo del artista y que confrontan al
espectador.
La obra de Suárez y su cuerpo de trabajo se ha distinguido a lo largo de su trayectoria por una tendencia que se aleja de los cánones convencionales, señalando mediante los elementos plásticos una inconformidad ante la injusticia y los fenómenos sociales que como sociedad mexicana e incluso como integrantes de un ámbito global nos determinan. Suárez ha incursionado en el arte desde las trincheras de la fotografía social con temas de trascendencia nacional como el movimiento zapatista; y por otro lado, ha producido cuerpos de trabajo que se pueden inscribir en la corriente de la foto-construcción o el arte conceptual. Socialista y contestatario, encontramos en sus fotografías un arte que se manifiesta y se alza para declarar y demandar. En esta ocasión en particular, nuestra artista retrata las calles, el paisaje urbano y con ello a una sociedad fragmentada, temerosa hasta de sus propios aliados en la naturaleza: los árboles. Vemos desplegada una estética del horror, carcelaria, de la cultura del narco. Las cercas y alambrados de seguridad se levantan como cicatrices de nuestras casas. Cable y púas de acero circundan el hábitat, aprisionado por nuestro propio artificio. La provincia relajada, las casas con jardines abiertos, han ido desapareciendo poco a poco. Suárez Ponce retrata el momento histórico en el que estamos construyendo cubos con ventanas enjauladas. ¿Quién nos liberará de nosotros mismos? El miedo es el eje donde tejemos nuestras calles, calles desiertas, flanqueadas por muros que crecen hacia el cielo.
La obra de Suárez y su cuerpo de trabajo se ha distinguido a lo largo de su trayectoria por una tendencia que se aleja de los cánones convencionales, señalando mediante los elementos plásticos una inconformidad ante la injusticia y los fenómenos sociales que como sociedad mexicana e incluso como integrantes de un ámbito global nos determinan. Suárez ha incursionado en el arte desde las trincheras de la fotografía social con temas de trascendencia nacional como el movimiento zapatista; y por otro lado, ha producido cuerpos de trabajo que se pueden inscribir en la corriente de la foto-construcción o el arte conceptual. Socialista y contestatario, encontramos en sus fotografías un arte que se manifiesta y se alza para declarar y demandar. En esta ocasión en particular, nuestra artista retrata las calles, el paisaje urbano y con ello a una sociedad fragmentada, temerosa hasta de sus propios aliados en la naturaleza: los árboles. Vemos desplegada una estética del horror, carcelaria, de la cultura del narco. Las cercas y alambrados de seguridad se levantan como cicatrices de nuestras casas. Cable y púas de acero circundan el hábitat, aprisionado por nuestro propio artificio. La provincia relajada, las casas con jardines abiertos, han ido desapareciendo poco a poco. Suárez Ponce retrata el momento histórico en el que estamos construyendo cubos con ventanas enjauladas. ¿Quién nos liberará de nosotros mismos? El miedo es el eje donde tejemos nuestras calles, calles desiertas, flanqueadas por muros que crecen hacia el cielo.
La Bienal de
Monterrey FEMSA además de promover las artes y gracias a los premios de
adquisición, ha dado como resultado una de las más importantes y reconocidas
colecciones del arte moderno y contemporáneo, ya que las obras que han sido
premiadas pasan a formar parte de la colección FEMSA, entre ellos destacan obras
de Grupo SEMEFO (Teresa Margolles, Arturo Angulo, Carlos López), Gerardo
Azcúnaga, Francisco Larios, entre otros.
En esta X edición la obra seleccionada se
mantendrá en exhibición al público en el museo de arte contemporáneo de
Monterrey: MARCO, junto a una exposición restrospectiva de cada una de las
ediciones de esta bienal, en la cual el público podrá, en una oportunidad inédita,
apreciar y comprender la evolución y propuestas de una buena parte de los
discursos de arte desde el modernismo hasta su momento actual.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario