3.16.2010
Exposición de Norma Suárez en Galería Generator
Mundos Distantes Realidades Paralelas:
Construcción Poética y Fotoperiodismo de Norma Suárez
Por Carmen Rioja
Sólo a través de la sensibilidad del artista se nos devela la crudeza y frialdad de la injusticia que se repite en el tiempo y en cada espacio donde habita la humanidad imperfecta. El ojo de artista discierne y depura los paralelismos y similitudes de dos pueblos oprimidos: Irak y los pueblos indígenas de México. El tema son ellos: los que luchan por sobrevivir aún cuando los recursos son escasos y a pesar de un sistema económico y político que los orilla a la desigualdad y los relega al abandono, allá donde no tienen voz y a donde los otros no quieren ir a escuchar.
En esta exposición se señala que el verdadero tema de la guerra se pierde de vista bajo el efecto de la saturación de violencia en los medios. Para reencontrarlo y presentarlo al espectador esta creación se apoya de la metáfora: una metáfora que no está del todo resuelta sino que nos permite apostar por un significado. Es este un diálogo lúdico con el interlocutor que resulta en una metáfora abierta. Así las imágenes de construcción poética presentadas en la serie Irak y su simbología mantienen una clara conexión con la obra documental sobre los Zapatistas. En Irak se nos presenta una simbología directa de la violencia, de la prisión, del hambre, de la frustración y de la tortura; no obstante al relacionarlas con Zapatistas se nos permite una tercera lectura, una metáfora de la metáfora, la repetición aquí y allá de lo inaudito.
Puesto en escena de este modo único —y desde la inteligente malicia de la autora—, el esqueleto de una tortuga con el caparazón hacia la tierra, Fallujah, no puede sino recordarme el casco de un militar. ¿Dónde está el cuerpo a quien pertenece? La ausencia del cuerpo, poner distancia a las cosas para verlas bien y comprenderlas es la única manera en que somos capaces de mirar a la muerte. Sea o no la intención y el sentido de este maridaje, la exposición provoca un cuestionamiento. Un pájaro cautivo en la espiral es la recreación poética de la prisión Abu Ghraib que recuerda al mismo tiempo a otra imagen: de un indígena maya sólo vemos el pie ajado asido por cueros lacerantes. La repetición rítmica nos lleva al análisis de su sentido.
El arte provoca y a veces desgarra, una función necesaria en estos tiempos de ceguera colectiva ante los absurdos de la guerra, de guerras que no tienen tema ni causa justificada sino sólo frívolos intereses de poder; ambición del los que se quieren apoderar de los recursos de los pueblos (en el caso de Irak, el petróleo y en el caso de Chiapas, la biodiversidad, sus maderas, el agua, etc.) De los zapatistas indígenas la artista expresa: “Me siento profundamente conmovida por la dignidad y fuerza de esta gente que está tratando con éxito de construir su propia sociedad a pesar de los enormes obstáculos que los confrontan.”
Para que ahora sí a primera vista nos alcance el tema, Norma Suárez nos presenta la imagen plena de contenido o más preciso sería decir, el contenido sólido en una imagen. Lejos de una propuesta meramente conceptual hecha desde el puro intelecto y en contraposición a la horizontalidad más llana, aquí la artista apuesta por la verticalidad y su profundo significado.
Fractales en el agua: fotografía de Norma Suárez en Bellas Artes
Agua y Reflejo de Norma Suárez
Por Carmen Rioja
El río es metáfora viva, juego adivinatorio de movimiento constante; reflejo multiplicado por el espejo caleidoscópico del agua corriente. Macroscopio de la imagen de un universo sumergido y juego adivinatorio de movimiento constante. El agua comunica un mensaje en sus formas sugestivas. Los patrones en su oleaje confluyen en constante revelación poética. El mensaje y la interpretación se generan a cada instante, se regeneran y hablan distinta lengua para cada observador y para cada momento. ¿Es el agua la síntesis del movimiento cósmico? ¿Qué secreto esconde su dimensión fractal? O no es ningún secreto y es como dice el Tao el agua toma la forma del recipiente que la contiene. Acaso la imagen en la fotografía de Norma Suárez conserva a plenitud su capacidad metafísica, y toma la forma del pensamiento del observador. “Contemplar el agua es derramarse, disolverse, morir” nos dice Gastón Bachelard. El agua fluye, refleja y muestra profundidades a un mismo tiempo. El agua no encuentra obstáculos sino caminos. El agua sube, encuentra su forma etérea para elevarse. No es este un tratamiento sobre el agua estancada, sino una exploración presencial ad momentum. Desde una actitud experiencial, Norma Suárez toma las características del agua para comunicar, donde el mensaje es la comunicación misma. Los personajes que aparecen en la forma caprichosa del oleaje, no son fabricados por el artista, están de facto, nos llegan como una aportación aparentemente accidental y nos miran desde el agua con ojos cambiantes. Contemplar el agua es olvidarse de uno mismo, morir el yo para encontrarse en lo otro.
En esta serie de fotografías, Norma Suárez se aleja de lo figurativo y se sumerge en la abstracción de la naturaleza.
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